Hoy se celebra el famoso “Día del orgullo gay” , manipulación que se basa en confundir una legítima y natural opción sexual y afectiva con una declaración de intenciones de que lo gay ha de ser obligatoriamente, promiscuo, hortera,, obsceno, de mal gusto y de izquierdas.
Las asociaciones de gays y lesbianas que no son de la cuerda, las no subvencionadas,las no politizadas, no participan en esta bochornosa mascarada que es ese desfile semipornográfico que huele a alcohol y mariuhuana.
Desde que este gobierno infame, empeñado en cercenar todas las libertades del individuo, en regular quien nace y quien no, en decretar cuando tenemos que morir y como pensar y comportarnos, tomó el poder gracias a un brutal atentado terrorista, tenemos que presenciar estos disparates.
Ser gay no implica obligatoriamente ser de izquierdas, ni vestir como un payaso, ni hacer demostraciones sexuales en público. No hay una moda gay ni una cocina gay, ni literatura gay como se trata de fomentar desde el lado más miserable de la progresía española.
Tampoco se aplacan las conciencias de algunos por poner una banderita en un mástil esta semana cuando en la realidad muchos de ellos son completamente homófobos. Pero claro, para la derecha acomplejada, o sea los centristas, todo se basa en imitar las perversiones de la izquierda cutre para que les otorguen el certificado de “demócratas”.
Solo son unos seres humanos más que quieren vivir en paz, que pertenecen a clases sociales e ideologías muy diversas. Que no se sienten orgullosos de ser de una condición natural, que en sí no es buena ni mala, como nadie puede sentirse orgulloso de ser blanco, de pelo rizado o zurdo.
Dejad a los gays en paz.
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