Hace poco me pidieron dar clases a unos profesores de
Formación Profesional. El objetivo era preparar a esos docentes para los nuevos
módulos de enseñanza que diseña la Consejería de Educación de la Junta de
Andalucía.
Al analizar el número de horas del curso y la materia a
enseñar me salía un presupuesto que desbordaba ampliamente el que me habían
propuesto, una cantidad insignificante, que daban desde la consejería. Porque
preparar un curso complejo para impartirlo una sola vez es algo muy costoso.
Se lo dije al profesor y lo entendió. Se quejaba que no
recibe ni formación ni presupuesto para la misma pese a lo cual la Consejería
ordena la enseñanza en materias que desconocen los profesores.
Así los alumnos de Formación Profesional interesados en tecnologías, en multitud de
casos acabarán sus estudios desconociendo materias como radiocomunicaciones,
circuito cerrado de televisión o redes de área local porque el profesorado no
recibe cursos de formación adecuados para impartir las clases. De esta manera
los alumnos saldrán sin conocimientos suficientes para trabajar. Y ser profesor
de asuntos relacionados con las nuevas tecnologías en un instituto de Andalucía
debe de ser un tormento.
No costaría mucho dinero que la Consejería sacara concursos públicos
de cursos a impartir en las ocho provincias con los que el costo sería muy
ajustado. En lugar de ello se dedican a reglar dinero a las dictaduras amigas una y otra vez.
Lamentable.
Lo más grave de todo es que no lo hacen a posta, para
fastidiar a los profesores, sencillamente no tienen ni idea de lo que necesitan
y tampoco ganas de arreglar las cosas. No ven la política como un servicio al
ciudadano sino como una forma de figurar ellos.
A la cabeza de este desaguisado está la consejera María del Mar Moreno Ruiz, persona que
jamás ha trabajado fuera de la política y desde luego nunca en Educación y es el
claro ejemplo de lo que nunca debería ser un político. Son de las personas que, en su ignorancia, creen que el fomento de la tecnología es regalarle un ordenador portátil a cada alumno. Si a esto añadimos la lacra que supone que aquellos son mayoritariamente gente con formación de letras, estamos ya apañados.
Esta es La Casta que tenemos en el poder en Andalucía:
prepotente e ignorante cuando no peores cosas. Luego lee uno
las declaraciones presidente de la Junta José Antonio Griñán diciendo que “Andalucía
marca el camino al resto de España” y se pregunta uno en qué.