lunes, 24 de junio de 2013

La Casta no queore reforma de las AA.PP:


  
 
 
La vicepresidenta del gobierno Soraya Sáenz de Santamaría ha anunciado una reforma de las Administraciones públicas para reducir el cuantioso gasto que aquellas suponen.
Luego de negar, Mariano Rajoy, una y otra vez estas reformas, ahora se anuncia y en lugar de hacerlo el Presidente del Gobierno lo hace la número dos.
Sorprenden pues dos cosas: una que una tema muy importante  no lo anuncie el presidente y otra que luego de negar varias veces a hacerlo ahora diga que sí que hará la reforma de la administración.
Esto da a entender que tenemos un presidente sin proyecto y que improvisa sobre la marcha. Y otra la mala educación y la cobardía política de parapetarse tras su vicepresidenta.
La respuestas de las CC.AA ha sido contraria a la reforma y va desde el absoluto desprecio por parte de Cataluña, pasando por el “tenemos nuestro propio plan de los vascos” hasta el “no se hacen reformas porque van contra el estatuto” de otras.
Porque mucho me temo que si el gobierno del PP quiere aplicar sus reformas se va a encontrar con la negativa de muchas CC.AA. que se van a parapetar en las leyes autonómicas y las transferencias para no obedecer al gobierno.
Es decir que la montaña acabará pariendo un ratón y me temo que esto se quede en nada.
La reflexión final es que este disparate autonómico ha creado 17 mini estados y el gobierno central es una mera comparsa que ni pincha ni corta.
Y esa es la realidad. Si queremos que exista España acabemos con las autonomías y con los privilegios de la Casta parasitaria
 
 

 

 

1 comentario:

REYERTA dijo...

El comentarista da en la llaga: España se va al garete por culpa de la debilidad de sus instituciones. En 35 años, los mismos que llevamos con esta "especie" de listocracia, se ha primado el PESEBRE y no el bien común; se ha dejado que campen a sus anchas los nacionalismos más aberrantes, incluso con "bandas terroristas", mientras los pesebristas miraban para otro lado, en vez de dar un carpetazo sobre la mesa y poner fin a este esperpento. Y ahora no hay quién lo arregle, por las buenas me refiero. Cada cual tirando de su carro y España a la deriva, al pairo. Uno, muchas veces, siente la tentación de hacer suya aquella celebre frase, creo que de Ortega, que decía: "somos españoles los que no podemos ser otra cosa". ¡Los que no podemos ser otra cosa...! ¡Que Dios nos coja confesados!