Que la diplomacia española no pasa por los mejores momentos no es cosa nueva. Basta sólo con pulsar un par de opiniones internacionales para ver a qué nivel a caído la imagen que, como país, damos en el extranjero. Porque puede que como país no paguemos nada, pero contamos menos.
Es una injusticia que a Fernando Morán se le dedicaran unos chistes crueles como inmerecidos. Dicen las malas lenguas que Alfonso Guerra, llevado por su inspiración "prisaica", amén de su envídia, instigó alguno de ellos. La verdad es que comparado con el actual Ministro de Asuntos Exteriores y Cooperación -con las Dictaduras- Miguel Ángel Moratinos, Fernando Morán era un experto negociador y diplomático.
La imagen patética de este Ministro que tenemos que sufrir todos los Españoles, e incluso aquellos que no lo son, es algo lindante entre la comedia y el esperpento. Es como ver una serie televisiva cómica, mezcla de Alf, 7 vidas, y MASH, todo aderezado con vino de Burdeos. Porque tratándose de Moratinos, esto último no puede faltar.
Este caballero, experto sólo en pasarle impresionantes ronchas al Herario Público a base de pantagruélicas comilonas, conoce sólo esa técnica diplomática: la de satisfacer culinariamente la necesidad de sus comensales. Y si con eso no es bastante, satisfacerla con otras cosas menos confesables pero abonables al contado. Por eso tiene tanto éxito con interlocutores que no buscan el progreso de sus naciones y los pueblos a los que representan, sino la saciedad de sus estómagos y sus necesidades. En este último grupo podemos colocar a todo el elenco de dictadores que pueblan la tierra, en cualquier continente. ¡Que bien comen con Moratinos!
Moratinos es el paradigma de hasta dónde se puede llegar en política cuando en ésta está poblada más por estómagos agradecidos que por cerebros con ideales. Porque en una situación normal, en un país normal, con políticos normales, éste personaje se hubiera quedado en la cuneta, y no habría pasado del vino Don Simón. (Y que me perdonen los de la marca)
Acostumbrado al tipo de interlocutores anteriormente citado, cuando llenar estómagos, bolsillos o satisfacer necesidades desatascando tuberías no es suficiente, este "diplomático" se pierde, principalmente en sus formas, y se ve de qué está hecho realmente. De pacotilla.
Cuando enfrente tiene a alguien con un ideal democrático, con un objetivo loable, que puede o no ser compartido, pero en el que se cree firmemente, los métodos de este vividor bebedor de Burdeos se convierten en agua de Vichy. Entonces se descompone y pasa de lo cómico al esperpento, del esperpento a lo patético, y de esto último, a la vergüenza ajena que sentimos todos, y que él, después de algún Burdeos a coste del Herario, consigue sobrellevar con su innata cara dura.
Sr. Moratinos: la señora Haidar no desea nuestra compasión, ni nuestros medios, ni nuestras prebendas. No desea que le satisfaga ningún estómago, ni ningún vicio inconfesable. Usted no puede entablar contacto diplomático real con ella porque, simplemente, ella habla otro idioma. Un idioma que usted no entiende y que usted aborrece por ello. Lo tienen comprobado desde los opositores a los regímienes de Cuba y Venezuela, hasta los ciudadanos españoles que en algunas crisis han necesitado de ayuda de la embajada de turno.
Por mucho que le ofrezca la nacionalidad española, ella no es una inmigrante ilegal que la anhele. Por mucho que le diga que le repondrá su "perdido" pasaporte marroquí, ella no es marroquí. Le adelanto que por mucho dinero que le ofrezca, se negará. Y por mucho que la amenace... las amenazas en Marruecos son más efectivas que todas las que pueda usted efectuar. Mientras siga con todo eso, nos rebajará a todos los españoles a lo más bajo.
En cambio, si por una vez usted se pusiera de parte de los que defienden la democracia en el mundo, y fuera capaz de denunciar que el sistema político marroquí no es más que una dictadura, aunque disfrazada de muchas cosas; si fuera capaz de reconoce que el Sahara es un territorio Libre e independiente de Marruecos, cosa que los españoles de antes de la LOGSE sabemos; y si fuera capaz de poner a Haidar en el Aaiun enplena libertad, verá como abandona su huelga de hambre y, lo que no es menos importante, habrá usted defendido una vez, aunque sea una, la Democracia frente a las tiranías musulmanas, que parecen su predilección y su segundo amor, después del vino de Burdeos, claro.