Aula de deformación del PPOE Andaluz

A la política activa se debería llegar después de una vida profesional fecunda, para ofrecer a la sociedad todos los conocimientos atesorados durante años de dura formación y experiencia profesional.

En la España, salvo casos excepcionales esto no ocurre. Es por ello que muchos políticos gastan sus energías en debates estériles con los miembros de otros partidos políticos. Y eso explica  porque la mayoría no saben ni hablar ni escribir por lo que les disgusta que televisen en directo sus actuaciones como los plenos municipales los debates parlamentarios. Una vez que les votan ya no quieren saber más de los ciudadanos.

Quien haya seguido la política municipal sevillana, por poner un ejemplo, se habrá percatado del bajísimo nivel de la mayoría de los miembros del consistorio municipal, salvo unas pocas de honrosas excepciones. Pero les da igual, una vez que un político pertenece a la camarilla de su partido va ejerciendo una sucesión de cargos donde lo importante no es el conocimiento y la eficacia sino la sumisión al que le ha nombrado. De ahí que de los políticos se espere tan poco.

Fiel a la política de seguimiento o imitación de todo lo que haga le PSOE, el PPOE tiene también sus aula de deformación para militantes enchufados. En Andalucía, el chiringuito lo dirige, como no, un ex comunista llegado al PP pasando por el CDS. Como no dada la experiencia en lavado de cerebros que tienen los hijos de Lenin.

A la política hay que ir ya con los estudios hechos, sabiendo hablar, escribir, comunicarse y con una especialización profesional que incluya experiencia. La formación ya la da la escuela primaria, la secundaria, la universidad y demás centros de formación o la propia escuela de la vida. Quien no ha sabido educarse hoy en día, que hay abundancia de medios, es un zoquete y ese tipo de personas sobra en la vida política.