Adiós Feria, adiós

   

 

No hay peor político aquel que se acostumbra a la anormalidad, a la rutina y al conservadurismo extremo porque nunca hará cosas que mejores las áreas bajo su responsabilidad.

Me refiero en este caso a Gregorio Serrano, concejal de fiestas mayores dice que dice que la Feria de Abril de  Sevilla ha sido “esplendorosa y sin incidentes.

Es decir que le parece bien que nada mejore. Si vemos el ambiente hostil que produce la Feria en los ciudadanos que viven o trabajan en su entorno no sé de dónde saca ese esplendor. Ir o volver al trabajo lleva una hora o más con el agravante que si no tienes plaza de aparcamiento es imposible usar el coche, algo imprescindible cuando se vive o trabajar en ciertas zonas del extrarradio.

Tampoco por lo que se ve quieren trasladar la Feria a otro lugar. Se ve que el molestar a los ciudadanos y colapsar media ciudad diez días no les importa. No tienen dinero para un traslado pero si para Giralda TV, celebrar el primer tubo o los concursos de la copla.

El jueves había comercios cerrados, ¿por qué en un día laborable?. ¿Y luego nos quejamos de que aquí no se crea empleo.

A los enfermos con afecciones pulmonares no les queda más solución que abandonar los Remedios y no digamos a los que quieran descansar o salir a pasear: el ambiente está lleno de albero y gases provenientes de las cocinas de las jaimas, el ruido es ensordecedor sobrepasando todo lo tolerable pero el Ayuntamiento olvida imponer la normativa existente.

Luego la educación de muchos deja mucho que desear: botellas y copa rotas en el suelo, vómitos y orines  en todas las calles limítrofes de la Feria. Este debe de ser el “esplendor”  que cita nuestro orondo concejal.

Eso sí este año no ha muerto nadie en peleas pero resulta penoso con un 35 % de paro, que llega al 60% entre los jóvenes, que la gente tenga que hacer botellona o solamente mirar como los privilegiados lo pasan bien.

La Feria actual es un monstruo sin sentido, un disparate, un negocio de unos pocos y una falta de respeto a los ciudadanos que viven en los barrios que la circundan.

Adiós a la Feria 2013, a sus orines, sus cacas, su contaminación y sus atascos. El nacionalismo es malo pero este que se mira al ombligo creyéndose lo mejor de lo mejor del mundo, el del sevillano rancio, es absolutamente patético.