miércoles, 26 de mayo de 2010

Políticos españoles: Culiparlantes robotizados



Quien esté habituado a ver los debates televisivos sobre política, sea en las cadenas afines a Zapatero o sea en las que no, contemplará horrorizado el proceder de los representantes de los partido políticos, sean diputados en las cortes, en el parlamento europeos, ex ministros, etc.
Todos asisten a los programas con el argumentario del partido aprendido de carretilla, con los eslóganes que hay que repetir la semana en cuestión, crean o no en lo que dicen. Resulta patético como cada uno de ellos tratan de ocultar los casos de corrupción de su partido y de denunciar los del rival. El “y tu más” prepondera frente a “eso hay que denunciarlo, sea quien sea”. La moral quieren aplicársela a los otros, nunca a ellos mismos. Son una especie de culi parlantes robotizados de los que nunca sabremos lo que piensan realmente y que, desde luego, no se preocupan en defender los intereses de la circunscripción por la que fueron elegidos, incluso muchos un viven en ella, como en el caso de Alfonso Guerra que lleva toda la democracia viviendo en Madrid y siempre ha sido Diputado por Sevilla.
Es evidente que, en el ascenso dentro un partido político, prima mas la obediencia y el servilismo que la capacidad y formación  personales.
Si todos los diputados opinan y votan por “obediencia debida” a su partido, y no por sus propias ideas y la defensa de sus votantes, yo propongo que solo haya un diputado por partido político electo y que su voto tenga el peso del número de escaños obtenido. Con ello tendríamos más o menos  poco más de una decena de diputados que podrían reunirse en una pequeña oficina y vivir en Madrid para ahorrar sueldos, dietas, viajes, etc.
Sé que esta idea nunca se materializará pero prueba una vez más la degeneración de la democracia española donde los diputados no representan a nada ni a nadie. De ahí a que un pirado llegue a presidente del gobierno no es algo imposible. 

3 comentarios:

Natalia Pastor dijo...

Esa es la muestra de la degeneración absoluta de la clase política transformada en casta.
Solo hay que comparar el curriculum y la trayectoría de nuestros diputados y senadores, de la mayoría de los cargos públicos con los que había durante al Transición.
Es para llorar.
De pena,claro.

Maribeluca dijo...

"el que se mueva no sale en la foto" es el mejor resumen de la cuestión...

Anónimo dijo...

Como dice Natalia Pastor y he repetido muchas veces en mi foro, la casta política vive separada del resto de la sociedad. No le interesa más que su poltrona, y les da igual la ciudadanía, sea del partido que sea. Hay excepciones honrosas, por supuesto.
La idea de un diputado por partido es imposible pero ojalá fuera así, total para lo que sirve tenerlos. Y añadiría eliminar el Senado, y los 17 parmalentillos de los reinos de taifas, y....

Saludos.