ZP se fue pero el Zapaterismo se quedó

   

Muchos españoles, la mayoría, sintieron gran alegría cuando en las últimas elecciones nacionales ganaba el PP. ZP, (el solemne), se había ido del cosmos político y encima el PSOE era relegado a la oposición, Mariano, (el siguiente), tomaba las riendas del futuro de la nación. Se avecinaban grandes cambios y reformas. La situación heredada no era deseable para nadie, pero era y es la que era y es, y no queda más remedio que apechugar con ella. El paripé político estaba servido, ¡se atenta contra el estado de bienestar!, ¡los mercados no pueden suplantar la soberanía popular!, ¡no es un rescate, nos dan dinero porque tenemos crédito!, ¡tu prima es traviesa y la de Riesgo más!, ¡España se merece que le digan la verdad!. Efectivamente, España merecerá pocas cosas, pero al menos que le digan la verdad es lo mínimo, España muestra unos síntomas que en términos económicos financieros se conoce como un Ruinazo. Posiblemente para combatir este Ruinazo no quede más remedio que aplicar medidas duras contra los que siempre están en el medio, más conocidos como clase media española. Pero no pasa nada, la clase media hará los sacrificios que sean necesarios para sacar el país adelante, porque la clase media sabe que si no hay tomates en el huerto no se puede tomar gazpacho. Y poco a poco, con muchísimos esfuerzos y sacrificios los síntomas irán remitiendo hasta que el gazpacho vuelva a la nevera. Entonces algún elegido del pueblo proclamará a los cuatro vientos, ¡tenemos tomates en el huerto y gazpacho en la nevera!. Y el ciclo se repetirá, los expertos nos contarán que la economía es cíclica: Algunos harán coincidir cada fase del ciclo con los partidos en el gobierno, el PSOE arruina el país y luego el PP sanea la economía. ¡Qué bueno es el PP!, pues no, el PP no es en absoluto bueno, al menos para la clase media, porque el PP lo que hace muy bien es corregir los síntomas, (a costa de la clase media), pero  no cura la enfermedad. Lo que no puedo entender es que se suba el IRPF, que con las promesas electorales en la mano podría considerarse atraco, y que los políticos que roban no vayan a la cárcel. Tampoco entiendo que haya que trabajar más años, por menos pensión y con menos vacaciones y no se recorte en esas estructuras donde los políticos colocan a sus enchufados, que no se pare de apretar al trabajador productivo, mientras que ineptos políticos dilapidan presupuestos asombrosos. Y lo que más me descoloca es que para hacer una brillante carrera política la mentira, irresponsabilidad, falta de formación, sectarismo, servilismo,..., sean consideradas como virtudes. Y mientras sigan ocurriendo todas estas cosas el PP estará en el Gobierno pero habrá vencido el Zapaterismo.


Reverendo