domingo, 3 de enero de 2010

Si mentir fuese un delito tendríamos al consejero de presidencia, Antonio Dávila, condenando a cadena perpetua.



El cinismo y la capacidad de manipular y mentir puede llegar a extremos increíbles. Este es el caso del Consejero de Presidencia de la Junta de Andalucía, Antonío Dávila que en unas declaraciones que leemos en Capital Digital dice que “ Andalucía afronta el futuro con una economía más fuerte y más sostenible” y que la administración andaluza “no va a dejar de trabajar y a poner en marcha iniciativas serias para salir de la crisis”.

No ya es tener la cara dura sino ser profundamente inmoral y mentiroso para afirmar lo que afirma teniendo en cuenta que desde los albores de la democracia Andalucía, con el mismo gobierno socialista, ocupa el triste récord de parados en España y es la penúltima región en PIB per cápita.

El consejero habla de transparencia, cuando nunca ha sido precisamente una virtud del gobierno andaluz y de “concertación social” cuando lo único que hay es una sumisión total a los sindicatos que, en lugar de presionar al gobierno, cobran de él y por eso lo apoyan en una versión rediviva de los sindicatos verticales franquistas. ¿Es transparente la forma que se han adjudicado las emisoras de TDT mayoritariamente a PRISA y a grupos afines al PSOE?.

Respecto al plan MEMTA es un fracaso total. Quien lo conozca un poco sabe que los “orientadores “de dicho plan se preocupan fundamentalmente a que el desempleado busque por Internet y por sus propio medios un trabajo y que se apunte a uno de los cursos subvencionados por el INEM y que, ¡qué casualidad lo imparten mayoritariamente los sindicatos UGT y CC.OO. y la CEA!, para , de esta forma, eliminarlos de las listas del paro mientras dure el curso y así reducir artificialmente aquellas. Si los ciudadanos adscritos al plan MEMTA no encuentran trabajo imaginen los que están apuntados en el lNEM sin ningún privilegio. No obtienen nada de nada.

Luego habla de la educación, cuando tenemos la tasa de fracaso escolar más alta de España. No olvidemos además, que la Junta de Andalucía, se negó a pasar una auditoria de la calidad de la enseñanza encargada por el gobierno central cuando gobernaba el PP ante el temor de que quedásemos por los suelos.

Respecto a la Sanidad se han incumplido las promesas hechas durante la campaña electoral respecto a construir 14 nuevos hospitales y seguimos con estos centros abarrotados y sin habitaciones individuales para los enfermos cuando en Madrid eso es ya una realidad.

Y la “sostenibilidad” se la mete por donde le quepa señor consejero, se que sus jefes les obligan a repetir esta palabreja constantemente y sabe Vd que solo significa energía carísima e inestable por decisión del iluminado de la Moncloa que nos está llevando a la ruina. Que aquí lo único que hay sostenible, por inacabable, es la pobreza.

Respecto a lo del “proceso de diálogo con los partidos políticos con representación parlamentaria” pues es otra mentira descarada (fíjese que le digo claramente mentira y no que falta a la verdad) porque Vdes no hacen más que desestimar cualquier iniciativa del principal partido de la oposición siguiendo su tradición de usar la democracia solo cuando les interesa.

Por último deje en paz a las Pymes, a las pocas que quedan y a las grandes empresas que no le son afines. Vdes lo único que hacen con las empresas es amaestrarlas, estatalizarlas o arruinarlas. Acuérdese de las setas de la plaza de la Encarnación de Sevilla, cuya obra está parada porque el Ayuntamiento socialista no paga, teniendo el proveedor hecho el gasto en una millonada de madera elaborada para la obra y al adjudicatario de brazos cruzados.

La próxima vez su deposición la hace el 28 de diciembre y así nos la tomaremos a broma. Quedará mejor en las emisoras de radio y tv del régimen.


1 comentario:

Natalia Pastor dijo...

La mentira se ha convertido en un arma política en España, y desgraciadmente para nuestro país y para nuestra democrcia,sin consecuencias.
Un Presidente,un Ministro o cualquier cargo miente cual bellaco,de forma descarnada y miserable en cualquier asunto, y se va de rositas.
Ni la sociedad - absolutamente narcotizada-, ni los mecanismos y contrapesos tanto judiciales como políticos, pasan factura al mentiroso en cuestión.
Así nos va.