La imagen no puede ser más explícita. Un brazo de la estatuade Pedro de Estopiñán, conquistador de Melilla y que preside el barrio antiguode la ciudad fue robado. A las pocas semanas se difunde la foto de la imagen donde
un senador marroquí y otra persona lo enseñan con descaro teniendo de fondo el
mausoleo de Hasan II.
En cualquier país decente esto hubiera producido una crisis
diplomática y el gobierno marroquí se hubiera visto a devolver lo robado y
juzgar a lo que lo hicieron.
Pero en España no ha pasado nada. Ningún partido político ha
hecho apreciablemente algo ante esta vergonzosa afrenta.
Ayer nos despertamos con nuevas expropiaciones del gobierno de
Bolivia, pero el español hace tiempo que le sigue dando ayuda y aun se le
recuerda la condonación de la deuda que le dio Zapatero. Semejante política tan
miserable del gobierno español tiene que esconder realidades muy muy sucias. Ni
al PSOE ni al PP les importamos un pimiento, solo somos sus peones.
Algunos dirán que es solo un trozo de metal. Los mismos que
dirían que una bandera es solo un trozo de tela. Otro que yo me sé diría que “vayamos
a lo importante que es la economía” y alguno más que es solo un trozo de
estatua. Todo menos reconocer su valor simbólico porque la palabra patriotismo la han borrado
los grandes partidos de su vocabulario.
Cuando hace unos años unos gamberros españoles robaron una
bandera lituana en aquel país, fueron encarcelados y mucha gente aquí se llevó
las manos a la cabeza. Pongámonos a pensar el porqué de estas cosas. Somos un
pueblo donde entre unos y otros se nos ha tratado de hacer olvidar nuestro pasado,
nuestra cultura y los símbolos que la representan. En su lugar se nos ha doctrinado para la nada,
renunciando a todo lo que pueda ser sentimiento de un país, de una nación.
La izquierda ha abandonado su ideología y se ha imbuido de
un espíritu fascista, aliada con los nacionalismos y fomentando la ausencia de
todo pensamiento espiritual, mientras la derecha está hundida en un complejo de
inferioridad e imita a la izquierda a quien “admira”. Se olvida la historia de
España, sus personajes, su cultura, sus gentes. Todo se ha sustituido por
diecisiete historias inventadas de diecisiete nacioncitas. Los partidos han ido elimiando a la gente más valiosa y puesto en su lugar a los mas inmorales, miserables, orgullosos y estúpidos.
Vemos como el mundo musulmán o el judío ganan fuerza. Asimismo
países como los EE.UU, Francia o Reino Unido son democracias sólidas donde la
gente se siente orgullosa de pertenecer a esos países. Y si miramos en España el
único sentimiento fuerte es el nacionalista local de carácter totalitario que
en algunas regiones los mantiene cohesionados y cerca de la ruptura con nuestro
país.
Llevamos más de treinta años con unos partidos políticos
miserables que basan su mantenimiento en el poder en el despojo intelectual de
los ciudadanos a los que nos dan medios de comunicación basura y una enseñanza
pobre y sesgada. Y ahí témenos el resultado: un pueblo decadente, rendido,
derrotado.
Si estamos en la ruina, pensémoslo bien ha sido por el sistema
de partidos políticos basado en acaparar el poder a costa de los ciudadanos. Y
mientras los ciudadanos no digamos basta, esto no va a cambiar. Tenemos que recuperar nuestro orgullo como pueblo y reivindicar que solo los mas capacitados gobiernen en España. Ese sería el comienzo para salir del pozo. Tengámoslo en cuenta para el nuevo año a punto de empezar.