miércoles, 25 de marzo de 2009

El PP de Sevilla, incumpliendo los estatutos, se niega a hacer públicas las cuentas del partido



Las cuentas del partido

Dicen que hay 28.000 militantes en Sevilla y 137.000 en toda Andalucía. Con este supuesto si cada militante paga 40 euros al año, el PP recauda, 1.120.00 euros en Sevilla y 5.480.000 euros en toda Andalucía. A esto habría que sumarle otros ingresos como determinadas donaciones de carácter legal. Digo supuesto porque el PP no da cifras oficiales del número de militantes que tiene.
Vemos que en una humilde comunidad de viviendas, todos los vecinos reciben anualmente el estado de cuentas de dicha comunidad y es algo lógico tan lógico como el estado de las cuentas de cualquier empresa.
Por otro lado los estatutos del Partido Popular en su artículo 6, “Derechos de los militantes” se dice que estos tienen derecho a ser informados y que el incumplimiento de este artículo es falta grave que podría ser castigada con la expulsión del partido.
Pues bien el Partido Popular de Sevilla se niega a mostrar sus cuentas a los militantes, pese a que alguno las han pedido por escrito.
Porque es normal que queramos saber en que se gastan el dineral que ingresan y si no lo quieren mostrar nos induce a sospechar que algo ocultan.

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ESTATUTOS APROBADOS
POR EL XV CONGRESO NACIONAL DEL PARTIDO POPULAR
http://www.pp.es/estatutos/estatutos.htm

ARTICULO 6. Derechos de los militantes

d) Recibir la formación precisa y la asistencia técnica adecuada para el mejor desarrollo de su condición de militante y de las tareas políticas que se le encomienden.
e) Controlar la acción política del Partido y de sus representantes en las instituciones públicas, canalizando sus criterios y valoraciones a través de los Órganos internos.
f) Ser informado sobre las actividades del Partido.
i) Recibir información con la periodicidad que se acuerde sobre las decisiones adoptadas por el Partido en sus órganos colegiados, así como sobre las políticas que se desarrollan en las distintas instituciones públicas.

CAPITULO SEGUNDO:
DEL REGIMEN DISCIPLINARIO
Sección Primera:
DE LAS INFRACCIONES DISCIPLINARIAS
ARTICULO 11. Infracciones muy graves.

c) Hacer dejación de las funciones que el Partido le hubiera encomendado, o abandonar de forma notoria las mismas en períodos electorales.
3.- Las infracciones muy graves serán sancionadas en los siguientes términos:
a) Suspensión de militancia por un periodo de tiempo entre cuatro y seis años.
b) Inhabilitación para desempeñar cargos en el seno del partido o en representación de éste por igual periodo de tiempo.
c) Expulsión del partido.
Las sanciones previstas en los apartados a) y b) anteriores no son excluyentes entre sí.

4 comentarios:

Unknown dijo...

Estimados compañeros de Libertad y Democracia PP,a estos señores(por llamarlos de una forma decorosa)no vaya a ser que el "torero"vuelva a amenazar con denuncias y otras tonterias.Les da igual de los estatutos,de los militantes y de todo el mundo,ellos solo van a buscar sus garbanzos(hipotecas,cochecitos o mayordomos)¡Ja!Ja¡¡Ja!.¡Que verguenza estar en boca de todo el Pais por las irregularidades de unos cuantos desahogados y vividores.
¿Como van a hacer publicas las cuentas del Partido?¿que quereis que caven su propia tumba politica?,nunca las declararan,menos mal que desde este cColectivo,nuestros especialistas estan manos a la obra y todo se sabra en su momento asi como todas las corruptelas de algunos que se sienten puros y limpios y tienen cara de no haber roto nunca un plato(cara de tontos)pero nos consta que se estan poniendo los bolsillos bien repletitos y se sienten muy seguros,pero no se imaginan la que se les viene encima ya que todo se sabra en su momento y alguno tendra que ser ingresado en urgencia con taquicardias.No os preocupeis que todo esta en marcha para que la verdad salga a la luz publica y de una vez poir todas nuestro Partido vuelva a ser un Partido con vocacion de gobierno y no de oposicion acomodada.

Anónimo dijo...

El trovador

Érase una vez un senador de una república renacentista. Era un lobito con piel de cordero cuya altísima autoestima le hacía perseguir, desde su oscuridad, lo que todo personaje repleto de ambición persigue: La púrpura o el oro. Poder o dinero. Mientras perseguía lo uno o lo otro, se labró una fama entre sus compañeras de tener las patitas muy largas e intentar posarlas en otro de los trofeos que esta suerte de personajes persigue con fricción: La carne voluptuosa.

Lúbrico y ambicioso recorría caminos umbríos mientras las doncellas procuraban escapar de sus caricias y palabras que hacían enrojecer al propio Eros.

Se hizo cargo de la red de correos oficiales de la república para mantener bien informado a los ciudadanos. Desde su puesto de Heraldo Mayor, pronto se dio cuenta que su red de comunicaciones oficiales podía servirle para calmar una de sus ambiciones más ocultas, llenar de oro sus arcas, ya que sus emolumentos no le parecían suficientes. Para ello, no dudó en introducir en las sacas del correo las ofertas de sus negocios particulares, algo que prohibían taxativamente las Leyes de la República.

No dudó además en usar medios oficiales de la república para abaratar los costes de sus negocios, algo que de conocerse, hubiera provocado el apartamiento inmediato de su cargo de Heraldo Mayor y miembro del senado de la república. Las pruebas podrían aparecer publicadas aquí mismo en cuanto alguien decida abrir un arcón.

Además de llenarse los bolsillos de oro, este ambicioso senador decidió que era la persona elegida para dirigir los destinos de la República, azuzado por otros cortesanos resentidos al haber sido apartados de sus púrpuras en justo pago a sus méritos.

La falta de popularidad entre sus ciudadanos, no era muy dado al trabajo ni a las renuncias familiares y le gustaba estar en su palacio antes de la caída del sol, le llevó a intentar vestir la púrpura de la república a través de la red de correos oficiales que él mismo dirigía. Sólo en apariencia, se retiró de sus negocios porque sabía que los ciudadanos no los aprobaban y que podían perjudicarle en sus aspiraciones de poder.

Su oscuridad, sus compañías y sus artes sibilinas le condujeron hasta su propia realidad. Su sitio era la oscuridad en compañía de seres oscuros y resentidos. Desde la oscuridad y embriagado de rabia porque los ciudadanos de la república no tenían el mismo concepto que el Heraldo Mayor tenía de sí mismo, decidió emular a Nerón. Si Roma no era como él quería, que ardiera pasto de las llamas mientras cantaba acompañado de su lira.

El Heraldo Mayor, rodeado de su reducidísimo grupo de resentidos, cantaba y tocaba la lira, pero la república no ardía. Entonces decidió cantar y tocar la lira cada vez más alto, pero cuanto más alto cantaba, más desafinaba y la república seguía sin arder.

Era difícil que la república ardiera mientras esos cantos procedieran de una gruta oscura y remota, donde su identidad estaba a salvo, no de las autoridades de la república, sino del juicio de sus ciudadanos o del alcance de los magistrados que impartían justicia. Sabía ser amable con aquellos a los que injuriaba en sus cánticos, pero a nadie engañaba. Esperaba la ira y la venganza de las autoridades de la república, probablemente para convertirse en una víctima y así justificar sus servicios a otra diminuta república de reciente creación, con el apoyo entusiasta de la gran república vecina, que con este servicio veía crecer sus posibilidades de seguir ejerciendo el poder en la región.

Lo único que encontró el Heraldo Mayor entre los ciudadanos de la república y sus autoridades fue la consecuencia de sus ansias de dinero, poder y carne a costa de intentar prender fuego al trabajo altruista de miles de ciudadanos de una república que se encuentra en el camino de destronar la hegemonía de la república adversaria: el desprecio.

Todos sabían donde se escondían, quiénes eran y quiénes les ayudaban y todos coincidían en que la envidia, el resentimiento y la cobardía que anidaban en sus corazones era castigo suficiente, pues iba implícito en sus pecados hasta el momento.

El final de este bello cuento es incierto, pues los detalles y pruebas que verifican ésta y otras historias dependerá de la música y los cantos que se entonen en una remota gruta de una gran república por la que merece la pena luchar.

Este torpe contador de cuentos habla en serio y nunca cuenta cuentos. Ah, y la república no va a arder.

Natalia Pastor dijo...

En el cortijo de Arenas,las normas son otras.
Luego nos extrañan casos como los de Bárcenas y resto de la troupe.
Anda que....

Anónimo dijo...

Te has dejado algo muy importante: el dinero recibido por ocupar cargos públicos.
No conozco los datos de Andalucía, pero en las pasadas Elecciones Generales, todo partido con representación en el Congreso de los Diputados recibía unoa 30€ de las arcas del Estado por voto conseguido.
Supongo que en elecciones autonómicas y municipales será algo menos. Pero si tenemos en cuenta lo recibido por estar presente en el Parlamento autonómico, en las Diputaciones provinciales andaluzas y en los municipios de esta comunidad, la cifra seguro que multiplica a la que has expresado en el artículo.
No obstante, quiero felicitarte por tu blog. ¡Ánimo!