jueves, 19 de noviembre de 2009

Mentiras compulsivas 3 o el Ministerio del Interior.



Dicen los expertos que el TMC, o Trastorno Mentiroso Compulsivo, es un trastorno obsesivo que se caracteriza no solo por evadirse de la realidad, sino por intentar evadir de la misma a quienes rodean al enfermo. Ya desde hace tiempo podemos comenzar a sospechar que el TMC habita en el Ministerio del Interior, en especial, aunque no de forma única, en su cabeza visible, el Sr. Ministro D. Alfredo Pérez Rubalcaba.
Si visitáramos su peculiar CV político, llegaríamos a la conclusión de que, allí donde ha habido una mentira del PSOE, ha estado D. Alfredo.
Por ejemplo, es el mismo Ministro que se enteraba de los mafiosos casos de su Gobierno por la prensa. Se enteraba de los crímenes de estado fuera de los selectos círculos informativos del poder ministerial, e incluso, violaba jornadas de reflexión bajo un grito que bien se le podría aplicar a él el primero.
No obstante, D. Alfredo no es una persona ni torpe, ni tonta, ni ajena a la realidad. Conoce perfectamente sus actos, el alcance de los mismos, y los medios que aplica en la consecución y difusión de sus innumerbles mentiras, seguramente producto de una fuerza para él mismo incontenible. Tanto que alguno podría llegar a pensar que es realmente una persona bastante cínica y sin escrúpulos. En especial, cuando maneja información que tiene en su ministerio en función de su cargo.
Así, por ejemplo, a mitad del caso Gurtel, ése caso en el que existen fundadas sospechas de connivencia entre la policía, la justicia y la política, vía una cena antes de una sesión de caza conocida por todos, resulta que D. Alfredo propone que los políticos lo que deben hacer es como los ciudadanos y enseñar las facturas de todos los trajes que nos compramos. Eso mismo. Yo todos los días voy con las facturas de todo lo que llevo en el bolsillo, no vaya a ser que el Ministerio del Interior sepa que no tengo dichas facturas.
O por ejemplo, cuando recientemente, el Ministerio del Interior, por boca de su cabeza visible, D. Alfredo, informa a la ciudadanía que un caso judicial contra un diputado del PSOE -Caso López Garrido- no llegará a ninguna parte, seguramente porque D. Alfredo ya sabe el resultado que darán las pesquisas del Ministerio que él dirige.
O también cuando afirma la inequívoca intención de entregar las armas de una organización terrorista, verificada por él personalmente, cuando acaba de robar más de 400 pistolas en el país vecino.
O cuando da carta de naturaleza a un aparato dedicado a interceptar y grabar las comunicaciones telefónicas de los ciudadanos y afirma, con toda la naturalidad del mundo, que él lo habrá puesto en marcha, sí, que lo habrá usado y que la información la tendrá para lo que D. Alfredo quiera, pero que la culpa fue del que hizo el pedido y se lo puso en sus manos, claro. Y es que, ciertamente, algún torpe hay por ahí suelto que confía en exceso en D. Alfredo y los suyos.
La manipulación de la verdad y de los medios que la ciudadanía pone al Gobierno para la persecución de los delincuentes por parte de D. Alfredo sólo puede ser explicada por un TMC. Porque si tuviera que pensar que es producto de la voluntad de este señor en ocultar la Verdad a los ciudadanos, en doblarla en beneficio del partido en el que milita, habría que llegar a la conclusión de que debiera de haberse solicitado la inmediata expulsión de D. Alfredo de la política activa, para salvación de la confianza del ciudadano medio en la Democracia española.
Dado que el PP no ha solicitado eso, debe ser que nos encontramos ante un piadoso caso de TMC que debe merecer el mayor respecto de Rajoy y del aparato de su partido. Puede que incluso porque alguno de los suyos compartan patología, terapia y médico. Debe ser así, porque Rajoy ni miente, ni engaña, ni oculta nada de nada.
Y vamos todos, y nos lo creemos, claro.

1 comentario:

Natalia Pastor dijo...

Vivimos en un estado parapolicial donde reina la inseguridad jurídica más absoluta,mientras asistimos a un recorte de libertades cada vez más evidente que nos equipara cada día que pasa, a la Venezuela chavista.

Que un individuo como Rubalcaba, con su trayectoria que arranca desde ex portavoz del Gobierno del GAL, pasando por violar la jornada de reflexión de las elecciones del 2004,los claraoscuros y negligencias - por no decir otra cosa...-,del 11-M, la condecoración a Sánchez Manzano por destruir pruebas de los atentados de Atocha,el "caso Faisán" y el chivatazo a ETA,SITEL y las escuchas ilegales, continúe en la política activa y además como Ministro del Interior,demuestra la degeneración de la democracia española que permite que individuos como éste sigan presentes en la vida pública.

¿Alguien se imagina que un individuo como Rubalcaba podría estar en un gobierno en el Reino Unido,Francia o Alemania con su trayectoria o curriculum?.
¿Alguien puede dar crédito a que un sujeto que ejerció de portavoz de un Gobierno que cometió torturas y asesinatos, y que mintió una y otra vez, pudiera ser Ministro en Suecia o Holanda?.

Eso sólo ocurre en repúblicas bananeras o paises con un nivel de exigencia ético y de profilaxis bajo mínimos, como es el caso de España.
Así de real,así de triste.